Vivimos en un tiempo donde ya no es posible tomar las mismas decisiones que tomamos en el pasado. Parece que tal vez estas decisiones ya no tienen sentido. Ya no pertenecemos a la era del O. Hemos entrado en la era del Y. Una era donde ya no elegimos lo que es bueno para mí O lo que es bueno para el mundo. Solo es bueno para mí SI también es bueno para el mundo.

La interdependencia ya no es una teoría distante y conceptual. Los humanos han vivido, sentido y aprendido esto en la práctica. Y continúan aprendiendo en la actualidad.

El momento exige urgencia: es hora de reunir estos aprendizajes y transformar el mundo en el lugar con el que hemos soñado vivir. Y este mundo en el que soñamos vivir solo puede convertirse en una realidad si nos recordamos que la humanidad y la naturaleza no están separadas.

Todo es naturaleza.

La ecuación no debería ser hombre versus naturaleza, sino hombre Y naturaleza. Este es el poder del Y. Cuando los intereses se combinan, no hay conflictos. Cuando el hombre urbano se conecta respetuosamente y aprende con poblaciones tradicionales con conocimientos ancestrales, ocurre la magia.

Vemos que es posible unir desarrollo Y sostenibilidad. Que es posible unir innovación Y comercio justo.

TODOS SOMOS UNO CON LA NATURALEZA.